que puedo decir...

Todo fue así, y no pondré excusas, yo y solamente yo tuve la culpa.

Al mediodía de hoy mi mamá a pedido de su primogénito hizo para el almuerzo ñoquis, el fruto de su vientre no contento con algunos detalles de la comida no solo puso mala cara, sino que también se expreso abiertamente amargando la comida de los presentes, mal, muy mal, no pensó y se olvido de dar gracias por tener algo que comer, cuando tanta gente ni siquiera corre esa suerte, tampoco se acordó del esfuerzo y la buena voluntad de su madre, y tantas otras cosas que solo hacen caer en cuenta lo estúpido, insensible que puede llegar a ser. Que puedo llegar a ser.

Aquí es donde puedo decir que Dios o el universo comploto en conjunto con la justicia poética para hacerme caer encuentra lo ya descrito, manifestándose de una manera tan inusitada que asombra, comí en un conocido bar, una especie de cena al paso, lo que provoco dolores, nauseas en el viaje al hogar, para luego en casa, vomitar, vomitar, vomitar y vomitar. Y mi mamá a la par mía con un vaso de agua, sertal compuesto y una cara de madre preocupada por su hijo.

Aprendí una importante lección, no la diré, ya que esta muy explicita. Al momento de escribir esto, tome los recaudos necesarios: pedí perdón a mi mamá.

viajar en una sonrisa...

Estaba fresco, te encontré en lo que luego seria multitud, nos sentamos y tuve que mirarte justo para viajar con esa sonrisa que mostraba felicidad y emoción por aquello que fue algo tan importante...

Gracias por compartir

la vuelta...

“no quiero dramatizar pero me cortaron las piernas”

Eso es lo que dijo Diego Maradona alguna vez en su segundo caso de doping “afirmativo”, en mi caso quiero dramatizar, pero, se me achicaron los pulmones, literalmente hablando, una neumonía me dejo apto para una maratón en silla de ruedas, con un tipo tirandome con una soja.

Que puedo decir, llego el viernes y me auto-invite a vivir unas horas de futbol intenso, y mierda que fue intenso. Me empilche para la ocasión, mi camiseta naranja fluo, mi pantalón negro, unas lindas zapatillas y mis medias negras con rayas blancas, en realidad ahora medias negras con rayas rosas, mi mamá las lavo con alguna prenda roja será, y si, me lava la ropa mi mamá ¿algún problema?.

La llegada de la primavera me esta tratando bien, con mi salud a pleno me sentí capaz de dar por lo menos unas corridas que superaron mis expectativas, claro que tengo expectativas ¿ustedes no?. No me encontré con calambres inoportunos, ni necesite de tubos de oxigeno para pelear cada pelota que tuve a mi alcance, bueno, en realidad tampoco me mate, pero disfrute.

PD: hasta creo haber metido un gol... y mi mamá no me lava toda la ropa...

un dia en la vida...

Vos ibas con esas sandalias de canutillos rosas y demás cosas psicodélicas, esas que te quedan grandes, re casual. Caminamos, me llevabas de la mano, yo me distanciaba de vos unos pasos al desconocer las calles, sin dejar de confiar que sabias donde estábamos.

Mesas y sillas proclamaron que habíamos llegado a buen puerto, te supiste ubicar sin mapa alguno. La llegada a destino después de una corta caminata dividió en dos la hermosa noche, terminamos comiendo y tomando algo, tenias mucha hambre. Como siempre termine comiendo mas que vos, mucho mas.

La noche fue cruel y se nos iba entre palabras, como pasa siempre que uno esta entretenido, no fuimos todos juntos a seguir la caminata y acompañar a "la noche" a su casa. En el camino perdimos a "la noche" e hicimos las paradas obligadas, otra vez las palabras surgían y armonizaban el descanso, la noche nos supo encontrar y nos miro feo, la despedía fue inolvidable, como esa noche.

De esta salida sacamos y dejamos muchas cosas, entre ellas esta frase que se encontraba en el bar:

“...desde el fin volverás”

pd: post dedicado a mi amor, toda la suerte y fuerza del mundo en esta dura semana.