"Uno, dos, tres, así hasta diez" by Caliope
Hoy es un dia especial, alguien objetiva escribió sobre algo que necesita ser objetivo, se lo pedí yo, me lo concedió a mi, dado que no puedo meter mano en algo que estoy verde, trata sobre aquella cosa que fisuro con mucha facilidad, el relato habla por si solo, mas si lo escribe “ella”, señores y señoras Caliope en letras:
En determinados momentos nuestro cuerpo, nuestra mente, se nubla y cada músculo tenso, cada vena con sangre bullente nos grita por la libertad del impulso que empuja y empuja hacia la acción. Ciertas veces nuestras neuronas mantienen una mínima conexión y responden: uno ve que la situación vale la pena para detenerse, respirar hondo, contar números… se baja un cambio, como se dice.
La paciencia poco tiene que ver con este freno, paciencia es otra cosa: es apagar el motor, asentar las manos sobre el volante sin que estas se crispen.
Ser paciente es una actitud, significa dejar pasar la vida, que siga su curso sin entrometernos, que las mariposas aleteen cuanto quieran y los tifones arrasen sin que tomemos partida alguna; significa acallar los gritos de nuestra naturaleza que nos instiga a la acción inmediata.
Sucede que en nuestra esencia humana, subjetiva, privadísima, acordamos que lo blanco es blanco y lo negro, oscuro, pero humanos siempre, sabemos de grises y ahumados que creemos es una realidad irrefutable: ver, escuchar, sentir al otro equivocado provoca a nuestra pasividad, no se le puede permitir vivir en el error que manifiesta, deber es ayudar, deber es corregir… deber que se traslada a un terremoto inquieto por esgrimir nuestras verdades. No pierdo mi paciencia por vos, la pierdo por mi, porque no puedo verte tan alejado de “mi” versión del exterior.
La paciencia tiene que ver con reconocer que nuestras interacciones no son necesarios (no como lo creemos tan ciegamente), que el mundo gira en su eje plácido aún sin nosotros, que nos abandonamos a la inacción para dejar a la vida que se despliegue y ver que pasa.
La paciencia es una acto de humildad, quizás por eso es patrimonio de hombres sabios.
La paciencia poco tiene que ver con este freno, paciencia es otra cosa: es apagar el motor, asentar las manos sobre el volante sin que estas se crispen.
Ser paciente es una actitud, significa dejar pasar la vida, que siga su curso sin entrometernos, que las mariposas aleteen cuanto quieran y los tifones arrasen sin que tomemos partida alguna; significa acallar los gritos de nuestra naturaleza que nos instiga a la acción inmediata.
Sucede que en nuestra esencia humana, subjetiva, privadísima, acordamos que lo blanco es blanco y lo negro, oscuro, pero humanos siempre, sabemos de grises y ahumados que creemos es una realidad irrefutable: ver, escuchar, sentir al otro equivocado provoca a nuestra pasividad, no se le puede permitir vivir en el error que manifiesta, deber es ayudar, deber es corregir… deber que se traslada a un terremoto inquieto por esgrimir nuestras verdades. No pierdo mi paciencia por vos, la pierdo por mi, porque no puedo verte tan alejado de “mi” versión del exterior.
La paciencia tiene que ver con reconocer que nuestras interacciones no son necesarios (no como lo creemos tan ciegamente), que el mundo gira en su eje plácido aún sin nosotros, que nos abandonamos a la inacción para dejar a la vida que se despliegue y ver que pasa.
La paciencia es una acto de humildad, quizás por eso es patrimonio de hombres sabios.
Gracias a mi amiga personal por el trabajo, la paciencia, amistad y sus letras pensadas.

3 comentarios:
Me encantó! Ojalá un día sea sabia!
Sigue escribiendo y tus amig@s también!
Saluditos desde Barcelona, España.
Caro
"la paciencia es un acto de humildad..."
woow. vaya que lo es.
saludos,
charls.
con vos mira que hay que ser paciente jajajajaja que lindo que la negris te haya escrito algo. te tengo una frase de la semana brutal cuando te veo te la digo . besososososo bye
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