Dos días en nuestras vidas...
El saber que uno sigue mientras otros no es horrible, llore. Él llego y nos abrazamos, lloramos y nos abrazamos, lloramos y no sabia que decirle, se lo dije:
-no sé que decirte-.
Una vida compartí junto con él, ahora parte de la suya se fue, una esencial, que no recuperara jamás y la impotencia que sentía él me mataba.
Para él su mamá era todo.
Para él su mamá era todo.
